Hace poco he actualizado mi Kubuntu a la última versión de ese sistema, la 8.10 Intrepid Ibex.
El proceso de actualización fue bien, sin que haya nada que destacar, salvo que en esta versión desaparece el KDE 3.5 y se instala por defecto la versión 4.1. Es muy bonita y tiene muchas cosas nuevas, algunas de ellas muy radicales, como que la carpeta del Escritorio pasa a ser una carpeta más y todos los accesos directos y carpetas que tuviéramos creados antes desaparecen del nuevo, pasando a ser ficheros normales y corrientes. También está muy bien el visor de documentos (y) PDFs (Okular se llama) que permite hacer anotaciones y marcas sobre el texto. Y muchas más cosas que no describiré aquí (como los plasmoides, o las mejoras en efectos gráficos).
Lo que no está tan bien es lo que han hecho con el software para conectarse a PDAs. En la versión 3.5 estaba el paquete synce-kde para conectar con el aparato y con Raki y Kcemirror se podía acceder a sus ficheros y controlarla con el ratón. Este paquete ha sido sustituido en la versión 4.1 por otro llamado synce-kpm. Se supone que tiene las mismas funcionalidades, pero está pensado para dispositivos con Windows Mobile 5 o 6, los que son más viejos y llevan versiones anteriores no se podrán conectar, o lo harán muy limitadamente.
Lo peor es que no se puede volver a instalar el software antiguo, el paquete synce-kde no funciona con la nueva versión y por ello ha desaparecido de los repositorios de Intrepid. Debido a que lo necesito para trabajar con mi "vieja" PDA, que el OpenOffice que trae sigue siendo el 2.4 (y no el 3.0), y a que al entorno aun le quedan algunos detalles por pulir, estoy pensando seriamente volver a instalarme la versión 8.04, que además es LTS. Lo que significa que durante 3 años tendrá actualizaciones de seguridad, y si en este tiempo jubilo mi actual PDA y me hago con otra más nueva, siempre estaré a tiempo de actualizar.
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